Los doctores concuerdan en una cosa: los tacones altos durante el embarazo pueden ser arriesgados. No solo por posibles torceduras, también por lo que le hace a tu cuerpo.

Los tacones empujan tu cadera y tu columna hacia adelante, causando dolores de espalda severos. Eso mismo hace tu pancita, ¡imagínate ambos juntos!

Las pulgadas extras de los tacones causan hinchazón y durante el embarazo, la cosa se empeora.

Las famosas flip flops, también pueden causar que tu espalda se convierta en un desastre. Entonces, ¿cuál es la mejor solución?

Ahora bien, lo imporante es estés pendientes de las pulgadas (no pueden ser más dos) También, te ayudarán a lucir esbelta sin poner en peligro tu salud ni la de tu bebé.

Por muchas razones, no se recomienda comprar calzados nuevos durante el embarazo. ¿La que más me asusta? La suela de los tacones puede ser súper resbalosa si le sumamos que en esa étapa no controlas bien el balance, se convertería en un desastre absoluto.

Los masajes prenatales ayudan muchísimo. Recuerdo que en mi embarazo, solía relajar mis pies con sales, cremas y pelotas de tenis ya que el peso era demasiado. También puedes caminar descalza en el pasto por un rato.

Suena trillado, pero durante la gestación es importante usar zapatos de tu talla, recuerda que los pies crecen un poquito. ¡No más, no menos! Así evitarás el riesgo de caídas.