Desorden 1

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La falta de calma en tu cuarto en el de tus niños no les permitirá descansar bien.
Trabajar en la cama a última hora 2

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La luz frente a tus ojos procedente de la pantalla es malísimo para el sueño. Tu cerebro va a creer que aún es de día. Evita las luces de las pantallas al menos una hora antes de dormir.
Sábanas incómodas 3

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Es imposible dormir bien cuando las sábanas están todas enrolladas.
Olores desagradables 4

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Los malos olores, por leves que sean, los nota tu nariz y alteran el descanso.
Mala ventilación 5

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Idealmente, los dormitorios deben estar bien aireados y con una atmósfera fresca. Haya la temperatura que haya, nunca sobra abrir las ventanas de vez en cuando.
Suciedad 6

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Un dormitorio sucio ofrece mucha contaminación ambiental, lo que afecta mucho la capacidad del cuerpo de realmente relajarse.
Camas demasiado pequeñas 7

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Entendiendo que el espacio es el rey en cuanto al tamaño de la cama, si puedes, duerme en la cama más grande que entre en tu dormitorio y que puedas pagar. Aunque caigas como una piedra en la noche, si la cama no tiene las proporciones adecuadas, tu cerebro siempre estará pendiente de no caerte.
Un mal colchón 8

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Aunque tu colchón no esté obviamente destrozado -que te clava resortes en la espalda o algo así- si no es cómodo no vas a dormir bien. Considera cambiarlo si tu colchón tiene más de 10 años.
Mucha luz 9

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Nadie puede dormir con la luz del sol en la cara. Bueno, quizá un niño muy cansado, pero por ahí no más. Si tú o alguien en tu familia duermen mal, invierte en cortinas que bloqueen la luz.